martes, 25 de diciembre de 2012

SÍ, SÍ, SÍ... LA VIDA DE PI

Sí, hoy se estrena LOS MISERABLES, pero quiero hablarles de una de las películas del año, tanto a nivel de historia como de contenido, ambientación, efectos especiales y 3D. Y no me refiero a ese sacacuartos alargado hasta el hastío que salió de la pluma de Tolkien como deliciosa y rompedora lectura y se ha convertido de la mano de Peter Jackson en uno de los grandes ladrillos de la temporada. ¡Además amenazan con trilogía! Pues a mí no me pillan. ¡Corred, insensatos!

No, me refiero a lo último del polivalente director Ang Lee, la adaptación de la exitosa novela LA VIDA DE PI (que, además, rima). Vean primero el trailer y luego hablamos.





¿Ya lo han visto? Claro, uno puede pensar que se trata de una rayada importante plagada de infografía gratuita y argumento escaso. Es la manía de los trailers de mostrarnos sólo lo más espectacular de las películas para atraer a las salas a todos los mongolos de encefalograma horizontal posibles. Pero LA VIDA DE PI no es así, de hecho algunos de esos mongolos que mordieron el anzuelo critican la cinta por ser -dicen- demasiado lenta, por no tener acción, porque todo pase en el mismo sitio...

Como diría el avaro Scrooge (que fue antepasado mío): ¡paparruchas!

No todas las sensibilidades están preparadas para apreciar esta fábula con valores expuesta de manera diáfana sin resultar panfletaria. Al contrario, se trata de una historia de crecimiento, un viaje interior disfrazado de relato de aventuras como el que podría haber escrito Rudyard Kipling, profundo y cautivador, entretenido y espectacular. En todo el tiempo que dura la moda esa del 3D no había encontrado hasta hoy una película que lo agradeciera tanto. El efecto tridimensional sumerge al espectador en la aventura como nunca he visto hasta ahora. Es más, creo que esta película sin 3D no alcanza los niveles de maestría que su versión más cara y con gafas.

Del mismo modo, Ang Lee rompe con la irritante tendencia de utilizar una historia como excusa para deslumbrar al espectador con una atronadora batería de efectos especiales sobre un relato vano. Aquí es al contrario. Como hizo Robert Zemeckis en su tiempo (y más antiguamente Cecil B. DeMille), los espectaculares efectos se aplican a la historia para que ésta resulte creíble. Y vaya si lo resulta, a pesar de tratarse de un argumento que, a priori, no se traga ni el protagonista.

Ahí reside precisamente la gracia de la película. En saber si queremos creer lo que nos han contado o no. Porque esta historia tan rara enmascara en realidad otras que nos son mucho más familiares, y que se pueden explicar de muchas maneras.

Nuestra es la libertad de decidir cómo.

CALIFICACIÓN: 9/10

domingo, 16 de diciembre de 2012

EN LA CASA

Aunque Jean Reno haya declarado recientemente que están matando al cine francés, lo cierto es que este año nuestros vecinos del norte no pueden quejarse de cantidad, calidad y variedad. Vale, quizás no tanta variedad, ya que la mayor parte de lo que llega hasta nosotros son comedias. Sin ser especialmente sensible al humor galo, reconozco que cuando he visto que estrenaban una película francesa me he acercado al cine esperanzado y, por lo general, he salido sin ganas de cometer ningún incidente diplomático, cosa que en mí no es demasiado normal.

Así, que recuerde, he pasado buenos ratos con INTOCABLE, LA DELICADEZA, LA FELICIDAD NUNCA VIENE SOLA, EL NOMBRE... películas cuya calidad oscila entre el "se puede ver" y el "es una buena película" pasando por el inevitable "tiene sus momentos".

Y de pronto llega la última de François Ozon, un tipo que me provoca tanta intriga como sospecha (su filmografía es regular en el peor sentido de la palabra). Pero el hecho de que venga precedida por importantes premios en Toronto y San Sebastián y que varios de mis amigos más respetados me la recomienden, hace que aumente mi interés.


Y voy. Y la veo. Y me absorbe. Y me fascina desde el primer momento. Y aunque la historia de fondo sea tan original como VERANO DEL 42 o EL GRADUADO, el juego de realidades y ficciones que plantea me hace olvidarme de lo que estoy viendo para sumergirme en lo que me están contando y participar en ese engranaje fabuloso que no es sino la sustancia mágica de la que están hechas las historias. De pronto vuelvo a ser ese adolescente enamorado de una mujer madura (hay que ver lo buena que sigue estando Emmanuelle Seigner) y a buscar mi sitio en el mundo, a matar mis pecados y a retratar mis anhelos a través del único medio a mi alcance: la escritura. Haciendo cómplice de mis fechorías (reales o no, eso no importa) a un peculiar profesor de literatura que, como yo, mantiene una lucha entre el deseo y el deber que acaba llevándolo a una situación que jamás hubiera imaginado. Y ustedes, como espectadores, tampoco.

En fin, un mágico juego de espejos. Una estimulante trampa de cajas chinas. Una película fascinante cuya temática y estructura podría haber firmado Woody Allen al principio de su carrera, cuando no se repetía tanto.

Una gozada.

CALIFICACIÓN: 9/10






jueves, 13 de diciembre de 2012

ARGO

Tengo pendiente el debut como director de ese guaperas de mandíbula floja llamado Ben Affleck, pero su segunda película, THE TOWN, fue para mí una gran sorpresa. ¿De verdad este tipo estaba dotado para la dirección o fue una casualidad como la del 12 del 12 del 12 de hace unos días? Viendo la magnífica ARGO puedo decirlo sin que me dé la risa: Ben Affleck es uno de los nombres más prometedores del futuro del cine norteamericano.

La cosa está basada en la crisis de los rehenes de Irán en el año 1979 y cómo un experto en rescates encabezó una misión para sacara de ahí a seis prisioneros fugados haciéndose pasar por productor cinematográfico en busca de localizaciones. La trama es tan rocambolesca que cuesta creer que esté basada en hechos reales, pero la película se preocupa en demostrarnos que así fue, aportando en sus créditos pruebas documentales que evidencian el cuidado de sus responsables por la recreación histórica.

El resultado es un thriller político de alto voltaje, de aspecto documental y con un uso inteligente de la tensión dramática. Yo, que no como palomitas en el cine desde hace dos meses (¡jodido dietista, ojalá te mueras!), me encontré con que en el tercer acto me había zampado una décima parte de mis propios dedos. Así de nervioso estaba. Pero la película combina además elementos cómicos que, lejos de resultar chocantes, se equilibran de maravilla con la trama de suspense. Secundarios de lujo como Alan Arkin y John Goodman se encargan de ello, mientras que, como es habitual, Ben Affleck se reserva el papel protagonista, que esta vez no es un lastre (en THE TOWN lo era) debido a su contención. Y es que este muchacho gana muchos enteros cuando se pone detrás de la cámara, pero también cuando se pone delante y no muestra la dentadura.

En ARGO hace las dos cosas, y lo hace maravillosamente bien.


CALIFICACIÓN: 8/10

sábado, 11 de agosto de 2012

EL CABALLERO PROMETHEUS. ¿LA LEYENDA? ¡MISCOJONES!

Hay una película en cartel que va sobre embarazadas. Se titula QUÉ ESPERAR CUANDO ESTÁS ESPERANDO, y aunque es una comedia tontorrona con algunos personajes simpáticos, su título nos viene al pelo. Porque... ¿qué se puede esperar de la secuela de una de las mejores películas de género que se han rodado en la última década? Y no exagero. Les guste o no Batman, EL CABALLERO OSCURO es una obra redonda, trágica, oscura, intensa, inteligente, bien escrita, dirigida e interpretada y más entretenida que el cubo de Rubik.

¿Qué esperar entonces? Pues un desenlace estremecedor en la misma línea de aquel glorioso segundo acto de la trilogía del prestigioso (y a menudo chapucero) Christopher Nolan.

¿Qué encontramos? Pues una película demasiado larga y desequilibrada, con menos cosas que contar que su predecesora y que va dando bandazos entre lo emocional (demasiado teatrero) y lo espectacular (demasiado manido). Los personajes son pálidas sombras de lo que fueron: el héroe apenas aparece, el villano da discursos interminables, el comisario Gordon pasa la mitad del metraje tumbado en una cama, el buen Alfred aparece y desaparece a conveniencia del caprichoso guión,  el señor Fox sale porque se ve que tenía contrato y Hans Zimmer satura los altavoces de la sala hasta dejarnos tontos.

Conclusión: no me ha gustado. ¡Ah, pero todo el mundo dice que es cojonuda! Enumeran sus defectos, sí.  Dicen que no es tan buena como la anterior, también. Ponen a parir mil cosas... ¡pero siguen diciendo que es cojonuda!

¡Yo a los frikis no les entiendo!


Pero ahora viene cuando la matan.

PROMETHEUS. ¿Qué esperar de la esperada precuela del universo Alien, dirigida por el mismísimo Ridley Scott (ya saben, el autor de obras cumbre del Séptimo Arte como 1492: LA CONQUISTA DEL PARAÍSO, LA TENIENTE O´NEILL o EL REINO DE LOS SUEÑOS... digo DE LOS CIELOS y alguna peliculilla alimenticia que pasó sin pena ni gloria sobre bichos del espacio, robots con sentimientos o mujeres al volante. Bueno, creo que era al revés, pero entre la ola de calor y el cabreo que tengo no me pidan encima ser exacto en mis reflexiones.

El caso: que  tras ver los primeros trailers uno esperaba la obra maestra definitiva: un ALIEN del siglo XXI. ¡Por lo menos!

Y, en efecto, eso encuentra. Un ALIEN hecho ¡tan mal! como se hacen las cosas en el siglo XXI. Con un guión que promete, y promete, y promete, y plantea, y plantea y replantea, y anticipa, y anticipa, y anticipa, y se lía, y retrocede, y se contradice con la serie madre, y consigo mismo, y al final ni cumple lo que promete, ni remata lo que plantea, ni recoge lo que anticipa, ni deshace lo que lía ni nada.

¿Es entretenida? Hombre, pues sí. Por ver el diseño artístico, los efectos especiales, la atmósfera espacial... aunque para eso salgo a ver las estrellas y me pongo la Sinfonía de los Planetas de Holst.  Más bonito, más ecológico, más barato...

Charlize Theron está muy bien aunque ni ella entiende su personaje. El Fassbender ese es un clon perfecto e intencionado de Peter O´Toole en LAWRENCE DE ARABIA. Guy Pearce no se sabe que es Guy Pearce y su personaje es uno de los grandes desaciertos de la historia... Hay una escena bastante desagradable que tiene su puntillo y su interés, aunque se sitúe en un contexto tan incongruente como el resto de la película.

Al final uno sale del cine con cara de ameba, sin saber si sentirse tonto porque no ha entendido nada o si pedirle a Ridley Scott que se compre un apartamento en Marina D´Or y deje de tocar las pelotas de una vez con esto del cine.


Total, que entre la mierda de secuela de una y la mierda de precuela de la otra, me están dando un verano...

lunes, 16 de julio de 2012

BATIBURRILLO DE CRÍTICAS VERANIEGAS

No, no me he muerto. O al menos aún no. No hasta que la subida del IVA del 8% al 21% acabe con todas las salas de cine del país y mi pacto de inmortalidad sea revocado. Porque la cláusula indicaba que yo viviría mientras el cine viviera. Si el cine muere, lo que queda de mi carne se corromperá, mi espíritu desaparecerá y ustedes tendrán que bajarse mierda de Megaupload para verla en una pantallita (si es que el gordo ese logra extender su legado desde la celda).

El cine se muere. Pero aún respira. Y su pestilente mezcla de ambientador y palomitas requemadas aún nos da la bienvenida cuando traspasamos su umbral.

Les cuento un poco lo último que he visto.

The Amazing Spider-Man. Una apabullante y moderadamente entretenida tomadura de pelo. Oscura, dramática, pero tan innovadora como un sacacorchos. La trilogía de Sam Raimi es mucho más divertida.

Calificación: 6/10







La delicadeza. Pues eso. Delicada mezcla de drama y comedia con la presencia siempre estimulante de Audrey Tautou. La transición de tonos es quizás algo brusca, pero se soporta. Lloren y rían sin complejos.

Calificación: 7/10





Tengo ganas de ti. Toma, y yo de helado de nueces, pero no por ello hago una película. Insufrible adaptación del  gurú de la literatura juvenil Federico Moccia. Un desmesurado drama protagonizado por antihéroes adolescentes que provocarán orgasmos entre los pubescentes y pesadillas entre sus padres. Se salva de la quema absoluta porque, dentro de lo que cabe, mantiene el mínimo nivel requerido a una narración audiovisual.


Calificación: 4/10




Elefante blanco. Realismo documental de primera, aunque flojea en el entramado de historias personales. Hay demasiados guionistas y temas, lo que dispersa la atención. Cinta deprimente en la que los buenos no ganan. Inapropiada para enganchar a una audiencia que, si me permiten la expresión, está hasta los huevos de todo. Necesitamos historias esperanzadoras. Aun así, Ricardo Darín convence. ¿Pero cuándo no lo hace?



Calificación: 5/10


Que lo pasen bonito.

El Sr. Criticón

sábado, 9 de junio de 2012

MIEL DE NARANJAS




¿Es esta otra película sobre la posguerra española? Sí, lo es.

¿Es de las buenas o de las malas? De las regulares.

¿Tiene una visión parcial, maniquea y crítica con algún bando concreto? Sí, la tiene.

¿Es eso malo y vergonzoso como en LA VOZ DORMIDA de Benito Zambrano? No, aquí es más sutil.

¿Los diálogos y las interpretaciones son tan naturales como en aquélla? No, no lo son ni de coña. Aquí todo suena a leído, a falso, a guión. Hay actores que están geniales (Carlos Santos, Ángela Molina, Eduard Fernández), otros pasables (Blanca Suárez, Iba Garate) y otros pa matarlos (Karra Elejalde).

¿Es la película una mierda? Hombre, pues no.

¿Es innovadora? Tampoco.

¿Es entretenida? A ratos, como Pilatos.

¿Entonces qué coño es? Pues un thriller político resultón al que le falta pasión, veracidad y habilidad en el desarrollo del suspense.

¿Se puede ver? Hombre, ¿y qué no? ¿Se puede ver AMAR EN TIEMPOS REVUELTOS? Pues sí, se puede ver.

Pero Uribe sabe hacerlo mejor.


CALIFICACIÓN: 5/10


viernes, 8 de junio de 2012

BLANCANIEVES Y LA LEYENDA DEL CAZADOR


En esta moda estúpida de llevar a la pantalla versiones de cuentos clásicos, le toca el turno a Blancanieves y los siete enanitos. O los ocho. O depende del plano, porque el número de enanos va y viene a lo largo del metraje. Y hay uno que interpreta Bob Hoskins que se parece al sabio griego Tiresias. Y un cazador que no caza nada y que se parece al novio de la Pataki. Y una Blancanieves que se parece a Juana de Arco cuando se cabrea. Y una reina interpretada por Charlize Theron que se rompe de guapa y recuerda a Cleopatra cuando se baña. Y un espejo mágico que parece cegato, coño. ¡Mira que decir que la más bella es la otra! ¿Pero es que el puñetero espejo no tiene ojos en la cara o qué? Pues no. No tiene.




El caso es que llevaba un par de semanas oyendo que la película era infumable, que la Theron debería cambiar de agente, que si era el mayor mojón del año… Y, hombre, la película no es que sea la octava maravilla del mundo, ni el prepucio de San Aniceto, ni nada de eso, pero tampoco me ha parecido tan abyecta. Para que se hagan una idea, la Alicia de Tim Burton es bastante más aburrida, vacía y excesiva.

Pese a sus dos horas largas, BLANCANIEVES Y LA LEYENDA DEL CAZADOR tiene suficientes escenas entretenidas para que uno no quiera estrangular al proyeccionista al salir del cine. La madrastra se come la pantalla cada vez que aparece (o está a punto de hacerlo a juzgar por el modo en que abre la boca), mientras que la pantalla se come, mastica y escupe sin rastro de sustancia a la parejita protagonista. Por no hablar del sosainas de William el arquero, uno de los personajes más tristes que se ha visto últimamente en una película. La puesta en escena es sucia y descuidada, aunque juega bien con los contrastes. Pienso en ese bosque oscuro lleno de alimañas infográficas en contraposición con ese otro bosque poblado por hadas, elfos y otros bichos que parece rodado en la sección de juguetes de El Corte Inglés.

Por lo demás, la película tiene momentos divertidos, peleas, buena ambientación, un troll que no viene a cuento, un venado blanco que viene menos a cuento aún, y una resultona y por momentos bella música de James-Newton Howard que termina de animar un irregular espectáculo demasiado violento para los niños y demasiado descafeinado para quienes buscamos algo más de chicha en los cuentos clásicos.

Amenazan con secuela, pero yo ya he tenido bastante.


CALIFICACIÓN: 5/10