sábado, 11 de agosto de 2012

EL CABALLERO PROMETHEUS. ¿LA LEYENDA? ¡MISCOJONES!

Hay una película en cartel que va sobre embarazadas. Se titula QUÉ ESPERAR CUANDO ESTÁS ESPERANDO, y aunque es una comedia tontorrona con algunos personajes simpáticos, su título nos viene al pelo. Porque... ¿qué se puede esperar de la secuela de una de las mejores películas de género que se han rodado en la última década? Y no exagero. Les guste o no Batman, EL CABALLERO OSCURO es una obra redonda, trágica, oscura, intensa, inteligente, bien escrita, dirigida e interpretada y más entretenida que el cubo de Rubik.

¿Qué esperar entonces? Pues un desenlace estremecedor en la misma línea de aquel glorioso segundo acto de la trilogía del prestigioso (y a menudo chapucero) Christopher Nolan.

¿Qué encontramos? Pues una película demasiado larga y desequilibrada, con menos cosas que contar que su predecesora y que va dando bandazos entre lo emocional (demasiado teatrero) y lo espectacular (demasiado manido). Los personajes son pálidas sombras de lo que fueron: el héroe apenas aparece, el villano da discursos interminables, el comisario Gordon pasa la mitad del metraje tumbado en una cama, el buen Alfred aparece y desaparece a conveniencia del caprichoso guión,  el señor Fox sale porque se ve que tenía contrato y Hans Zimmer satura los altavoces de la sala hasta dejarnos tontos.

Conclusión: no me ha gustado. ¡Ah, pero todo el mundo dice que es cojonuda! Enumeran sus defectos, sí.  Dicen que no es tan buena como la anterior, también. Ponen a parir mil cosas... ¡pero siguen diciendo que es cojonuda!

¡Yo a los frikis no les entiendo!


Pero ahora viene cuando la matan.

PROMETHEUS. ¿Qué esperar de la esperada precuela del universo Alien, dirigida por el mismísimo Ridley Scott (ya saben, el autor de obras cumbre del Séptimo Arte como 1492: LA CONQUISTA DEL PARAÍSO, LA TENIENTE O´NEILL o EL REINO DE LOS SUEÑOS... digo DE LOS CIELOS y alguna peliculilla alimenticia que pasó sin pena ni gloria sobre bichos del espacio, robots con sentimientos o mujeres al volante. Bueno, creo que era al revés, pero entre la ola de calor y el cabreo que tengo no me pidan encima ser exacto en mis reflexiones.

El caso: que  tras ver los primeros trailers uno esperaba la obra maestra definitiva: un ALIEN del siglo XXI. ¡Por lo menos!

Y, en efecto, eso encuentra. Un ALIEN hecho ¡tan mal! como se hacen las cosas en el siglo XXI. Con un guión que promete, y promete, y promete, y plantea, y plantea y replantea, y anticipa, y anticipa, y anticipa, y se lía, y retrocede, y se contradice con la serie madre, y consigo mismo, y al final ni cumple lo que promete, ni remata lo que plantea, ni recoge lo que anticipa, ni deshace lo que lía ni nada.

¿Es entretenida? Hombre, pues sí. Por ver el diseño artístico, los efectos especiales, la atmósfera espacial... aunque para eso salgo a ver las estrellas y me pongo la Sinfonía de los Planetas de Holst.  Más bonito, más ecológico, más barato...

Charlize Theron está muy bien aunque ni ella entiende su personaje. El Fassbender ese es un clon perfecto e intencionado de Peter O´Toole en LAWRENCE DE ARABIA. Guy Pearce no se sabe que es Guy Pearce y su personaje es uno de los grandes desaciertos de la historia... Hay una escena bastante desagradable que tiene su puntillo y su interés, aunque se sitúe en un contexto tan incongruente como el resto de la película.

Al final uno sale del cine con cara de ameba, sin saber si sentirse tonto porque no ha entendido nada o si pedirle a Ridley Scott que se compre un apartamento en Marina D´Or y deje de tocar las pelotas de una vez con esto del cine.


Total, que entre la mierda de secuela de una y la mierda de precuela de la otra, me están dando un verano...